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CAPÍTULO 2 - El Bosque Amarillo

Updated: May 15

—¿Dónde se ha metido? ¡Solo le hemos quitado el ojo de encima por 4 segundos!


Dijo K mientras miraba alrededor para ver si encontraba alguna pista. Esperanza se mantuvo quieta y de pie en el mismo lugar, por un momento el hecho de haber perdido al adolescente y al Collar le aterrorizó, pero rápidamente se sintió esperanzada de que le iban a encontrar, pues ella sentía dentro de su corazón que esta aventura aún le faltaba mucho por terminar. Le ordenó a K que localizase el Collar, a lo que la peliroja asintió tras recordar que el Collar de la Segunda Oportunidad que fabricaron tenía un chip mágico para ser localizado. Con un ágil movimiento de manos, invocó un largo cetro dorado acabado con punta en la parte inferior y la parte superior terminaba con una plataforma con forma de cono junto a unas pequeñas esféras de gas blancas y negras que volaban alrededor de del objeto sin descanso pero a trote. K golepó el suelo con el cetro un par de veces para activar el localizador; Las dos esféras de humo modificaron su forma gaseosa para recrear el terreno, y en esa imitación había un punto brillante no muy lejos de donde estaban ellas. K golpeó el suelo con el cetro para cerrar el localizador.





—El humano está a unos metros hacia el oeste -La peliroja señaló la dirección con el mentón.- en el Bosque de la Resina Luz, pero no está solo.

Esperanza asintió y pronunció unas palabras en un lenguaje desconocido, un arco precioso de color verde esmeralda y una flecha con la punta en forma de ancla se materializó en su mano de delicados dedos. Agarró el arco con fuerza y le sonrió a su acompañante.


(...)


David chocó con un gran tronco de un árbol amarillo, alargado y terminado en punta, sus raíces sobresalían y las hojas no salían desde las ramas, sinó que parecía que estubiesen flotando. Todos los árboles de la zona eran iguales y estaban situados de forma simétrica, con las raíces entrelazadas entre ellas. Sin embargo, el choque no hizo ningún ruido.


Le dolía la cabeza, la espalda y los codos por el choque y por haber sido arrastrado por encima de esas raíces tan gruesas por algo o alguien. El golpe lo dejó desorientado por un rato hasta que abrió los ojos y un mechón de pelo negro le tapó un ojo, pero eso no le impidió ver al responsable de haberle arrastrado. Se le heló la sangre al ver a una bestia de unos 2 metros aproximadamente delante de él. La criatura estaba encorbada y aunque era difícil de apreciar por los rayos de luz en contraposición, pudo apreciar las escamas doradas que tenía en el lomo las cuales fijaban unos recipientes esféricos hechos de vidrio con un líquido amarillo y espeso dentro, los cuatro ojos que esa criatura tenía eran alargados y completamente negros. Había un líquido azul que le brotaba de los ojos como si fueran lágrimas, eso era lo que más le llamaba la atención a David al ser de un color diferente a todo lo demás.





Se quedó perplejo tras ver a esa béstia delante de él, observandolo silenciosamente e inmóbil, solo se movían las hojas de los árboles por el viento. El adolescente se sintió acorralado y herido, y aunque la criatura pareciese no querer hacerle nada, ella le había arrastrado hasta aquí por algún motivo. Se sintió en peligro y trató de darle una patada.


—¡Aléjate!


Reculó cuando la béstia emitió un gruñido, abriendo su boca terminada en pico. Sin duda, era una combinación muy rara de partes de animal, si esque esa criatura era uno. Trató de levantarse inmediatamente pero resbaló con las raíces y volvió a caerse. Mientras todo esto pasaba, las dos Diosas ya habían llegado a la escena, desde una distancia de un par de metros, Esperanza le habló al pelinegro.


—¡No te muevas, David! Lo que tienes delante es una Béstia Luz, son ciegas pero tienen un oído muy fino y al oírte caminando cerca de esta zona la cual es como su hogar, ha pensado que eras una amenaza para su fuente de alimento; la resina de los árboles mismos. Cada vez que hagas ruido se volverá más agresiva, asíque respira hondo y deja que K y yo nos encarguemos, lo tenemos controlado.


La mujer del cabello verde alzó el arco y apuntó a la Béstia, esperando a que K le dé la señal para disparar y así inmobilizarla, pero David hizo caso omiso a las palabras de la Diosa de la Esperanza ya que no confiaba en ella ni le gustaba depender de alguien dentro de lo que podría ser un sueño lúcido. Además, si decía que esas criaturas tenían un oído tan fino, ¿por qué actuaban como si Esperanza y K no estubiesen ahí? Rápidamente trató de levantarse una segunda vez, lo que causó que la criatura se moviese y que Esperanza perdiese el objetivo al momento de disparar. K se dió cuenta y se tapó la boca con las manos en el momento del disparo. Todo pasó en qüestión de segundos, la flecha salió disparada y le raspó la cabeza vidriosa a la Béstia para luego impactar contra el tronco del árbol, el cuál se rompió y cayó encima de otro, rompiéndolo también, y así con una gran filera de árboles, estilo dominó.

La Béstia empezó a chillar y David aprovechó que estaba distraída para gatear encima de las raíces y correr hacia las Diosas, que estaban pálidas por lo sucedido. A David no le importaba ni lo más mínimo.


—¡¿Pero qué has hecho, Martínez?! -Le recriminó K.


—¡Oye no me culpes! ¿Qué querías que hiciera yo? ¡Tenía miedo! -Se defendió el humano con un tono de digno, pero Esperanza les hizo callar a los dos.


—¡Silencio! Hay que irnos ya.


David entendió a lo que se refería Esperanza cuando más chillidos empezaron a sonar y los tres pudieron ver como una masa de Béstias Luz se acercaban lentamente hacía ellos, gruñiendo. David dió unos pasos atrás, sentía que el corazón le iba a explotar. Se pasó la mano por el pelo para apartarse el flequillo de la cara cuando Esperanza le agarró de la muñeca y los tres empezaron a correr de la docena de Béstias Luz que les seguían con gruñidos y chillidos.


(...)


La persecución duró alrededor de unos 20 minutos hasta que tuvieron una oportunidad. K invocó su cetro y con un pase mágico, creó una barrera mágica para hacerles tropezar y así darle unos segundos a Esperanza para alzar su arco y dispararles. Acertó todos los tiros y las Béstias cayeron al suelo dormidas. Ahora que ya estaban fuera de peligro, los tres se sentaron en el suelo para recuperar el aire perdido.


—Joder, ¿si sabes hacer eso por qué no lo hiciste con ese bicho que me estaba a punto de comer? Vaya carrera tonta hemos hecho. -Le reprochó David, pero antes de que Esperanza pudiera responder, los nervios de K le ganaron.


—¡Pero si fuiste tú! Esperanza te ordenó que no te movieras, que lo teníamos controlado. Y tú ni caso, vas y te mueves.


—K, escucha... -Trató de intervenir Esperanza con una voz tranquila para bajarle los humos, pero David habló antes.


—¿Y qué esperabas? No voy a escuchar a dos flipadas con poderes raros que perfectamente podrían ser productos de mi imaginación en una situación de vida o muerte.


—Ah, ¡¿pues si esa situación fué de vida o muerte por qué no nos hiciste caso para así no morir?!


—Oye, oye, ¡eso no tiene nada que ver!


—¡Basta!





Esperanza los mandó a callar y se levantó del suelo, su larga trenza siendo acompañada con el viento al igual que su vestido. K se quedó mirando al suelo mientras que se frotaba la sien con los dedos y David se cruzaba de brazos. El adolescente dirijió su mirada hacia el Collar que reposaba en su pecho, intacto. Ese artilujio era la razón por la cuál estaba allí, en ese extraño planeta amarillo y atrapado con esas dos señoras que le tenían harto. Él solo quería respuestas y despertarse de este sueño. Se levantó de la hierba, se arregló la camisa y empezó a alejarse de nuevo.


—Vaya mierda de sueño.


Tan rápido como lo dijo, se desplomó en el suelo hechizado por un sueño profundo. Esperanza oyó el golpe y miró a K, la cual tenía su mano tendida en dirección a la de David.


—A ver si cuando se despierte sigue pensando que está soñando, vaya aventura que nos espera...


(...)


Entré por la puerta principal de mi casa como cualquier domingo después de volver del skatepark con mis amigos. A esta hora mis padres no están en casa; mi madre trabaja todo el día conduciendo de arriba abajo por toda la comarca y mi padre está todo el día de caza en el bosque al lado del pueblo, menos hoy, que está en el cumpleaños de un amigo suyo de la infancia. Dejé las llaves encima de la encimera de del comedor y miré mi reflejo en el espejo de la pared. Resoplé al ver el desperdicio que el viento le hizo a mi cabello, pero me lo peiné rápidamente con los dedos y arreglado. Me senté en el sofá y emepezé a mirar el horario online de la graduación en la página web del instituto, ya faltaban 5 meses aproximadamente para que el último año de instituto terminase. Tenía ganas que se acabase ya, desde que yo y me hermana vinimos nuevos en ese intituto en primero de secundaria, todo había cambiado mucho.


Mi hermana... ¡Mi hermana! Me olvidé completamente de que ella a esta hora suele estar en su habitación dibujando ya que ella tiene siempre una rutina establecida, es fácil saber lo que está haciendo aunque ni la estés viendo. Me levanté del sofá del un salto y me dirijí al pasillo donde quedaba la habitación de mi hermana mayor


"Bea, estoy en casa."


No me respondió. Me paré delante de su cuarto, olía un poco mal, pero supuse que era porque hacía días que no se duchaba.


"¡Bea! Aviso que si te estás cambiando o algo tápate que voy a entrar, ¿vale?"





Me esperé un par de segundos aún sin oír respuesta y finalmente agarré el pomo de la puerta de su habitación y abrí. Lo que vi ahí dentro me fué el inicio de mi ruina. El mal olor no era de su mala higiene, era de algo peor. Se me llenaron los ojos de lágrimas y grité horrorizado al ver esa escena grotesca delante de mi, la alfombra que estaba en la base de la cama de mi hermana estaba tan manchada que ni con 10 lavadas recuperaría su color original. El reflejo de la ventana detrás de mi me permitió ver con más claridad la sangre que aún goteaba lentamente de su cuerpo. Vomité y el vómito se expandió hasta el charco de sangre que aún estaba algo húmeda.


Grité tanto que creo que los vecinos llamaron a la policía, porque cuando volví a tomar consciencia de mi ambiente, estaba sentado en el suelo con vómito en mi camisa y un policía sentado a mi lado hablándome, pero no le escuchaba. Mis ojos estaban fijados en los otros policías y médicos que entraban y salían de la habitación de mi hermana y mis oídos escuchaban los llantos de dolor de mi padre, el cual lloraba desconsoladamente en otro rincón de la sala. Mi madre creo recordar que los médicos dijeron que cuando pidió ver el cuerpo de su hija se desmayó tras vomitar.


Todo había pasado tan rápido, miré el reloj y de repente eran ya las 4 de la tarde y hace un momento eran las 12 del mediodía. La imagen se me quedó grabada en la mente; mi hermana, la persona que más me apoyó cuando el mundo me dió la espalda encima de su cama, pálida como el papel y llena de sangre. Su cabeza estaba partida por la mitad y el cerebro y la lengua a plena vista. Toda la cama estaba llena de sangre y parte de la pared también. El olor era vomitivo y creo que también pude verle parte de la tráquea y su nariz colgando de una parte de su cara. Los ojos azules de mi hermana estaban completamente rojos y en sus piernas pude ver cortes y cicatrizes hasta el punto de que me pregunté cómo de ocupados tuvimos que estar para no darnos cuenta. Pero lo peor de todo esque los policías no encontraron ninguna nota, ni un vídeo ni nada. Se pensó en la teoría de un asesinato, pero se descartó rápidamente.


"Mi niña... Mi pobre niña... Lo siento mucho cariño, no me di cuenta... Debí darme cuenta, no debí enseñarte dónde estaba..."


Mi padre no paraba de repetir la misma frase una y otra vez mientras que se ahogaba con sus própias lágrimas. Supuse que se sentía culpable por haberle enseñado días antes dónde estaba la escopeta con la que se iba de caza.


(...)


Me desperté sudado y mareado, con un dolor de cabeza importante y agujetas en las piernas por la carrera de antes. Miré alrededor aún con los ojos entrecerrados por el sueño y los labios secos, noté que había una barrera protectora de color verde que me resguardaba dentro de ella y Esperanza y K hablando fuera de esta, pero no podía escuchar lo que decían. Parecía haber atardecido un poco ya que el ambiente estaba más oscuro.


—No puede ser...


Me miré el pecho; seguía teniendo el Collar. Me pasé la mano derecha por el cabello y por toda la cara y el cuerpo, sintiendo cada zona como cualquier persona viva. Antes no me lo tomé enserio ya que todo pasó muy rápido y el camino de 3 horas se sintió como una caminata de 20 minutos, pero ahora lo tenía muy claro: No estaba soñando, esto era real.


Me levanté como pude por las agujetas y empezé a golpear la barrera protectora para llamar la atención de las Diosas. Estaba muy tenso y nervioso, quería irme a casa, pero ni siquiera sabía quién me estaría esperando ahí porque no lograba recordar nada, aparte de haber tenido un sueño muy extraño –no lo recordaba mucho, pero habían muchos policías y se olía una olor parecida a la putrefacción– se me helaba la sangre porque tenía un presentimiendo de que ese sueño que había tenido pasó de verdad, pero no a mi. ¿Qué sentido tiene eso?


Finalmente Esperanza y K se percataron de que me había despertado y la del vestido verde rompió la barrera con un movimiento rápido de manos. K pareció notar mi inquietud y sonrió satisfecha.


—Parece que ya te has dado cuenta de que esto no es ningún sueño, ¿eh Martínez?


—Esto no puede ser, tiene que ser coña... Debo estar alucinando o me están gastando una broma... -No me resultaba posible que estubiese en otro planeta con dos supuestas Diosas, porque eso implicaría que de verdad había sufrido ese tal accidente que K mencionó antes en el limbo, y no podía aceptar el hecho de que había perdido todos mis recuerdos.


—David, ¿estás bien? -Me preguntó Esperanza, pero no quería escucharla.


—¡No! Osea- ¡Tengo muchas preguntas, no entiendo nada! ¡Quiero irme a mi casa! ¡Quiero que me dejéis irme a mi casa!


—No podemos hacer eso y tú lo sabes, te lo explicamos; Una vez aceptaste el reto, debes terminarlo para volver o sinó te quedarás en el limbo para siempre -K me lo recordó, y aunque claramente lo había escuchado, negué con la cabeza.


—¡No! Eso no es justo, no sabía que esto era real. Si sois Diosas de verdad, ¡enviádme de vuelta a la Tierra ahora mismo!

Las dos mujeres se miraron y Esperanza me hizo sentar a la fuerza para explicarmelo todo una vez más. Me prometió que ella y la peliroja me responderían todas las preguntas que pudiesen. Empezé a preguntarles.


—¿Por qué no recuerdo nada?


Esperanza respondió.


—Eres una copia de tu verdadero cuerpo el cual está en la Tierra, lo único del verdadero David que tienes ahora mismo es su alma, no los recuerdos. Como mucho los irás recuperando poco a poco.


—No me creo lo del accidente, me estáis mintiendo.


K invocó su cetro mágico y me miró con seriedad para después golpear el suelo con el cetro de manera firme. Las dos esféras gaseosas de color blanco y negro se separaron de sus órbitas alrededor del mango del cetro y se plantaron enfrente de mi de forma vertical y con una masa mucho gran grande. Volaban detrás de la otra hasta que empezaron a separarse para crear un espacio entre ellas, y sentí un frío sudor por mi espalda cuando me vi a mi mismo en una cama de hospital con un montón de máquinas alrededor, tubos que salían de mi nariz y brazos y la cabeza rapada y parte de ella con vendas.


—Ese no soy yo.


—Es tu verdadero tú, en la Tierra, en coma. Gracias a mi poder podemos verte en tercera persona.


Me acerqué a la visión e intenté tocarla, pero entonces la imagen se desvaneció y las esféras volvieron volando a su posición original en el cetro de K. Me pasé una mano por el cabello que supuestamente tenía rapado, pero lo único que noté fué una sensación mega realista del tecto de una cabellera real. Me dolía la cabeza de pensar como esto era posible, yo no creía en la magia ni en cosas sobrenaturales.


—...Pongámos de ejemplo que por alguna casualidad vosotras dos tenéis razón -Empezé a hablar, controlando mi tono de voz porque sentía que me temblaba la mandíbula.- Si de verdad tengo que cumplir esa misión para volver a la Tierra y despertar del coma, ¿qué misión es y dónde me habéis enviado?


Pude ver a K mirando a otra parte, probablemente porque había preguntado algo que ya me lo había dicho dos veces, pero era divertido verla enfadada. Esperanza por el contrario, me respondió la pregunta con una sonrisa.


—No podemos decirte con exactitud la misión ya que, como te hemos dicho antes, eso has de descubrirlo tu. Pero si escuchaste antes, sabrás que te hemos dicho que el Collar de la Segunda Oportunidad te dará pistas, y cada vez que estés más cerca de cumplir la misión, una gema aparecerá en el Collar; Cuando hayan aparecido las 8 gemas, volverás a casa. Y sobre el lugar... Ahora que el peligro ya ha pasado -Noté en sus ojos una pizca de nerviosismo.- Bienvenido a las Tierras de Unn. Un planeta situado en la galaxia de Bode.


Seguí los ojos de Esperanza que se movieron hacia el costado y entonces pude apreciar que estabamos situados al lado de un gran precipicio donde se observaba todo el Bosque Amarillo que a esta perspectiva parecía una selva llena de árboles y montañas. No quería admitirlo, pero era un paisaje bonito.


—...Y debo hacer algo a este lugar para conseguir las gemas -Llegué rápido a mi própia conclusión. Era fácil, ¿sinó por qué me habrían enviado aquí?


De seguro había algo en este sitio que quería mi ayuda.


—O quizás este sitio te ayudará a ti -Me dijo K esta vez, estudiando mi comportamiento y expresión facial.


—Mhm.


Me cruzé de brazos y seguí observando el paisaje. Esta conversación me había tranquilizado un poco, ahora ya tenía claro qué hacer; Encontrar el problema de este extraño planeta amarillo.


(...)


Era de noche ya, y la segunda expedición había ido mejor que la primera. Como el planeta no tenía Luna, el adolescente podía ubicarse gracias a la luz corporal que desprendían las Diosas. David casi no dijo nada ya que estaba muy concentrado en encontrar eso que tanto buscaba, aunque tanto bosque empezó a agobiarle. Por otro lado, las Diosas parecían satisfechas con el silencio. K, la cual seguía caminando con su cetro en la mano, se percató de que la bola blanca de su cetro empezó a brillar, Esperanza también se dió cuenta.


—Eso es... -Susurró Esperanza.


De repente, los tres escucharon pasos acercándose hacia ellos. David se giró rápidamente hacia donde provenían los pasos y se escondió detrás de un árbol automáticamente, pensando que era una Béstia Luz. Esperanza y K, por otro lado, se mantuvieron quietas en el mismo sitio.


—¿¡Qué hacéis ahí!? ¡¡Que os va a ver el bicho ese y después irá a por mi!!


El humano les dijo con un tono que parecía ser un susurro y grito a la vez. Sacó su cabeza de detrás del árbol lo menos posible pero se volvió a esconder cuando notó los pasos extremadamente cerca.


—Tranquilo, Martínez. Solo tú puedes vernos y escucharnos ahora mismo, podemos controlar nuestra invisibilidad como lo hicimos horas antes con la Béstia Luz.


Eso tenía más sentido, pero le dió rábia igualmente que no le avisasen antes de darle tal susto. No pudo reprocharles ya que para ese momento los causantes del ruido ya habían llegado a esa zona. David no los vió, pero supo por el sonido de las pisadas que no eran animales. Además, les acompañaba una ténue luz, asíque el adolescente también estaba seguro de que tenían alguna fuente de luz con ellos para ver por la noche. Iban corriendo y rápidamente pasaron por delante, pero oyó a uno de ellos tropezar. Se agarró el Collar con la mano derecha.


—¡Hoax! Vamos, levántate, tenemos que llegar ahí antes del amanecer y poner las campanas y las máquinas.


–¡S-Sí, señora! Lo lamento.


David escuchó como ese tal Hoax se levantaba y se iba corriendo con los demás. Las dos Diosas se acercaron a David cuando todo esto pasó y este salió de su escondite. Nuevo descubrimiento; Aunque no los hubiese visto directamente, ahora ya sabía que en este planeta habitaban humanos. Se preguntó dónde irían y si debía seguirles, pero entonces un extraño objeto en el suelo que emitía una ténue luz blanca le llamó la atención. El chico se acercó sin hacer ruido y se agachó para agarrarlo, se le habría caído a esa persona cuando se tropezó.


Las dos Diosas compartieron otra mirada, de nuevo sintiendo cosas diferentes, pero David sabía muy bien lo que sentía. Se guardó ese objeto en el bolsillo de los pantalones ya que no le cabía en la riñonera y se formó una sonrisa en sus labios. La primera pista para completar su misión.




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